Fotos: Mar Horrach (@horrachmar)
La calma que se vive en el mediterráneo es inspiradora, insólita; única. Así es esta casa de dos plantas y solarium en un barrio pescador de Mallorca. Mediante una reforma integral se pretendía precisamente buscar y plasmar ese estilo de vida. La decoración típicamente mallorquina te hace sentir como si te estuvieras mojando tus pies en la orilla de una pequeña cala.
Con un pasillo a modo de recibidor se optaba por dar protagonismo a la uniformidad de las paredes que confluyen con el suelo, techo y escaleras; sólo interrumpido por las imponentes vigas restauradas. En la planta baja encontramos las dos habitaciones y el baño principal. El gran ventanal que asoma al final de esta planta nos lleva a un encantador patio decorado con plantas, un limonero e incluso una práctica ducha para los días más calurosos.
La estancia superior es donde realmente se vivirá esta magnífica casa. Una cocina abierta y hecha de obra o la imponente biblioteca son algunos de los espacios más mágicos de esta vivienda.
El color blanco comparte protagonismo con elementos tradicionales y modernos para crear un espacio único. En sus características podemos destacar las paredes blancas encaladas y sin rupturas; los materiales autóctonos; fibras naturales, telas blancas de algodón… Podemos asegurar que en esta casa unifamiliar del centro de Palma se consigue una decoración y ambiente absolutamente isleño, fresco y nuevo pero a su vez acogedor.
El proyecto que contaba con la colaboración de Paglialonga Studio se caracteriza por la mezcla de elementos tradicionales de la isla con la modernidad en las piezas de mobiliario y de arte contemporáneo. El resultado de esa mezcla es sorprendente, luminoso e ideal.